Así he aprendido que el ambiente, las emociones, la mente profunda, el cuerpo físico y la vida espiritual están en un constante intercambio de información y se modifican mutuamente entre sí de modo que si alimentamos consciente y amorosamente a una de estas dimensiones, habrá repercusión positiva en el resto de ellas, descubrí y comprobé que somos una especie multidimensional, somos seres integrales y con capacidad de crear nuevas realidades si conectamos con la disposición correcta para ello, y nuestra madre, el planeta Tierra nos provee incondicionalmente de esta sabiduría.
Con el tiempo, buscando cómo armonizar mis inclinaciones hacia la sanación con mi vida laboral, me formé como Musicoterapeuta y Terapeuta floral, ambas disciplinas que me han ofrecido en lo personal un camino de transformación profunda, autoconocimiento, crecimiento y mucha belleza, y estoy muy agradecida de compartir, ofrecer y entregar a todas las personas estas herramientas de sanación y desarrollo integral.